Ficha Técnica de Terapéutica inmunológica:
La inmunoterapia o terapéutica inmunológica tiene sus orígenes en el uso de sueros inmunes y vacunas contra infecciones o como antídotos de venenos. La inmunoterapia incluye hoy numerosos agentes destinados a estimular el sistema inmunitario frente a infecciones y frente al cáncer, o por el contrario a modular o suprimir la respuesta en el rechazo de órganos o tejidos trasplantados. El aporte de la ingeniería genética y las técnicas recombinantes, ha permitido a partir del desarrollo de los anticuerpos monoclonales obtener resultados destacados en la terapia antiviral y antineoplásica, además de su utilización en métodos diagnósticos. El sistema inmunológico incluye un conjunto de células y tejidos, que a través de su propia actividad y sus productos de secreción como las inmunoglobulinas, protegen la integridad de los individuos ante sustancias extrañas de alto peso molecular, llamadas antígenos. Según los efectores involucrados, la inmunidad se clasifica en humoral y celular. Ambas respuestas presentan un alto nivel de especificidad orientado a epítopos antigénicos expresados en componentes moleculares de agentes infecciosos, células heterólogas (trasplante), o transformadas (cancerosas), así como en células autólogas (autoinmunidad). La inmunidad humoral es mediada principalmente por linfocitos B y sus receptores de superficie llamados inmunoglobulinas (Ig o anticuerpos, constituyentes mayoritarios de las fracciones beta y gamma globulina del plasma) que son proteínas altamente específicas contra un antígeno y por otras proteínas presentes en los líquidos extracelulares, como los interferones y ciertas citoquinas, la proteína C reactiva (CRP) y las moléculas de complemento que son inespecíficas en su accionar. La inmunidad celular se basa en la acción de células; granulocitos, monocitos, macrófagos, células dendríticas, linfocitos natural killers (NK) y linfocitos T. El sistema inmune está ampliamente regulado y coordinado en su funcionamiento, viabilidad e integridad por una fina red de citoquinas y hormonas (interleuquinas, interferones y quimioquinas, insulina, glucocorticoides). Asimismo, un tipo de linfocito T llamado helper (Th), cuyo marcador superficial es la proteína CD4, ejerce un papel central en la respuesta inmune cooperando con los demás tipos celulares tanto específicos como inespecíficos. La respuesta inmunológica normal y la patológica en más (hipersensibilidad, enfermedades autoinmunes, rechazo de trasplantes) o en menos (inmunodeficiencias innatas o adquiridas) implican procesos a distintos niveles, molecular, celular-tisular y orgánico. La modificación farmacológica de la respuesta inmune o inmunoterapia, se logra mediante la utilización de fármacos y anticuerpos monoclonales Inmunosupresores, Inmunomoduladores, Inmunoestimulantes y proteínas como las Inmunoglobulinas e Interferones.