Derribar estereotipos: las personas con esquizofrenia contra el estigma de la violencia

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A diferencia de lo que indican los mitos, los especialistas señalan que no existe una relación directa entre ese padecimiento mental y las conductas agresivas; la vida en comunidad es clave para la recuperación.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), menos del 3% de las personas diagnosticadas con esquizofrenia y otras psicosis comete actos violentos. Además, sólo el 1% de la población mundial desarrolla alguna forma de esquizofrenia durante su vida.

En los hechos, no existen evidencias médicas que demuestren una relación directa entre la esquizofrenia y las conductas agresivas. “Es un mito muy desafortunado porque estigmatiza. Las personas que sufren esquizofrenia son claramente más víctimas de violencia por parte de terceros que victimarios“, dice Pedro Rafael Gargoloff, médico psiquiatra y asesor de la Asociación de Ayuda de Familiares de personas que padecen Esquizofrenia (AAFE).

Y agrega: “Mientras que alrededor del 10% de la población general presenta alguna conducta agresiva, las personas que sufren esquizofrenia registran un valor muy por debajo. Casi la mitad de estos episodios violentos son verbales y leves”.

Mucha desinformación

Carlos Córdova es psicoanalista y supervisor de la Institución Fernando Ulloa. Trabaja en el hospital Moyano y asegura que, en sus pacientes, no conoció la violencia, sino el amor puro. También vio allí mucho abandono.

Los especialistas consultados coinciden en que existe mucha desinformación en relación a este padecimiento mental, y eso genera impresiones erradas. “Todo lo que es distinto a lo largo de la historia de la humanidad fue visto como amenazante. Una persona extravagante o diferente puede producir sensaciones de temor o fascinación. Cuando uno ve a alguien que habla solo en la calle, en general siente temor porque no se puede predecir lo que va a pasar”, subraya Martín Nemirovsky, coordinador general de Proyecto Suma.

Sobre este punto, Julián Pessio, psiquiatra del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), dice: “Se tiene la creencia de que estas personas son imprevisibles y peligrosas. Además del temor a lo desconocido, hay que tener en cuenta el rol que tienen los medios de comunicación. Muchas veces las noticias hacen énfasis en algunos hechos protagonizados por un pequeño porcentaje de las personas con esquizofrenia”.

Otro mito vinculado a quienes tienen esta condición, es que se piensa que están desconectados de la realidad. Pesio explica que hay cuadros muy variados y existen personas que interactúan perfectamente con la sociedad. “Es importante resaltar que, en general, las personas con esquizofrenia que son acompañadas por sus familias tienden a cometer menos actos de violencia”, cuenta.

En relación al rol de la familia, Nemirovsky advierte que es importante que los miembros del grupo familiar comprendan lo que le pasa a la persona con esquizofrenia. “Cuando entienden lo que le sucede no se enojan tanto, pueden acompañarla de una manera distinta y colaborar a que pueda reponerse”, destaca. “Primero hay que ayudar a la familia a entender el trastorno. Luego, ellos tienen que darse cuenta cuando puede empezar a descompensarse, para estar prevenidos. El mayor aprendizaje es el de lidiar con la dificultad.”

Fuente: La Nación